Acto Graduación 4ºESO 2019

4ºESO 2018/19
Mié, 26/06/2019

 Acto de graduación del alumnado de 4ºESO del curso académico 2018/19, celebrado en el edificio de San Marcos con la presencia de la alcaldesa Doña Milagros Tolón que ejerció de madrina de esta promoción.

Enlance del periódico LA TRIBUNA DE TOLEDO donde se recoge un resumen del acto celebrado:

https://www.latribunadetoledo.es/noticia/ZD298C550-D212-9E9B-22BE229F6A29A055/201906/Carlos-III-gradua-por-todo-lo-alto

En este otro enlace del Ayuntamiento de Toledo se menciona también:

https://www.toledo.es/la-alcaldesa-amadrina-la-graduacion-de-los-alumnos...

 

"RATONTICA"   (Fábula leída por una de nuestras alumnas en el acto de graduación.) 

Buenas tardes, he escrito una fábula sobre lo que ha significado el instituto durante estos años. Probablemente algunas de las personas aquí presentes puedan sentirse identificadas con algunos de mis personajes.

Según las leyes de la naturaleza todo ratón vive bajo la constante amenaza de un gato. Quizás este es el motivo por el que los roedores gozan de semejante capacidad para detectar el peligro. Claro que siempre hay excepciones como es el caso de Ratoncita.

        Nuestra protagonista habitaba en un hogar acogedor acompañada de sus padres, quienes eran ya ratas experimentadas que conocían las estrategias para escapar de los depredadores. Tras convivir con ellos durante una temporada, Ratoncita comenzó a aburrirse de obedecer siempre las mismas órdenes. Se encontraba en una fase de cambio. Necesitaba acción, vivir aventuras, aprender otros valores. Fue entonces cuando surgieron las típicas peleas entre generaciones. Ella quería probar el queso roquefort mientras que sus padres se decantaban por el Parmesano, ella quería… no sabía ni lo que quería. De lo que sí estaba segura era de que ansiaba desaparecer de dicho universo regido por normas, donde a pesar de recibir un amor incondicional, su libertad se veía frenada.

Ante la rebeldía de la joven, sus padres decidieron educarla en una madriguera nueva, decorada con carteles fluorescentes. La hora de la despedida había llegado.

Tantas habitaciones provocaron que Ratoncita se sintiera todavía más insignificante de lo que era. Demasiado espacio para tan poco cuerpo, pensó.

“Siempre, siempre, siempre simplificar” era la frase que había inscrita en la primera puerta que abrió. En el interior de la sala había varias ratas vestidas con batas blancas. Una llamaba la atención por su poblado bigote y otra por la cantidad de cables que cargaba a la espalda. Esta última gritaba eufórico: - “Newton, ni peso ni rozamiento, la fuerza más poderosa es aquella que nos une”. Una tercera rata comenzó a reírse escandalosamente hasta que por accidente derramó el líquido viscoso contenido en los tubos de ensayo. -¡Ay, el ADN del plátano!- sollozó.

Entretanto al final de la sala una oscura silueta se movía a la vez que musitaba algo del seno, del coseno, de las parábolas. Más que nombrar términos matemáticos parecía que estaba echando una maldición. –“Lo mismo me da, que me da lo mismo- dijo.

-Señorita, ¿Qué está haciendo usted aquí? - preguntó una voz, cuya procedencia se desconocía. Ratoncita giró la cabeza. Una roedora sentada en una silla y con un ordenador en el regazo, le indicó la salida del “Laboratorio”.

A continuación, Ratoncita halló otra puerta, de la que colgaba un cartel donde ponía: “Escapa de la caverna de Platón”. Apenas sin darse cuenta, la joven ignorante pasó al interior. Encontró a una ratona bajita y con lentes que leía un libro sobre cómo sus antepasados se enfrentaron hace siglos a los gatos. Narraba el discurso con tal vehemencia que otra rata de pelaje rubio se emocionó al escucharlo. -En este Genocidio ratonil, nuestra venganza fue sobrevivir- concluyó.

  Junto a ellas, un roedor, ya experimentado, abrigado con un chaleco sin mangas y un fular a juego con sus vestimentas, cerraba los ojos y se tocaba el hocico, mientras meditaba si, una vez capturado el enemigo, debía ser torturado para que desvelase el escondite de sus aliados. -What would Socrates do?- se cuestionaba a sí mismo. 

De pronto unas cuantas ratonas interrumpieron los pensamientos del maestro filósofo. -Oh la lá, bonjour Mademoiselle- articuló una. Otra saludó con un: Hello, it´s me. En ese instante una tropa de ratones atléticos apareció. El que llevaba el cuello de la camiseta subido, imitando a un vampiro, se detuvo para añadir un comentario. Como dicen los romanos: “Mens sana in corpore sano”

Poco después Ratoncita se encontró a un ratón que, con una gran precisión daba la última pincelada al dibujo. -¡Hal, Condemore!- bromeó cuando contempló su trabajo terminado.

 “Dime cómo hablas y te diré quién eres”, era la frase escrita en la última puerta del lugar. Dentro una ratona albina, en plan con ropa moderna, recitaba unos versos de Bécquer. “Yo soy un sueño, un imposible vano fantasma de niebla y luz, soy incorpórea, soy intangible. No puedo amarte. Oh ven, ven tú”.

Aunque a Ratoncita le encantó la madriguera, se marchó, pues todavía notaba que le faltaba algo. Una vez en el exterior, sintió cómo alguien la perseguía con la mirada. De repente un gato apareció con las fauces abiertas. Temerosa por la muerte, clavó sus ojos indefensos en el felino. Como si todo hubiese sido una mera fantasía, el animal se disipó en el aire, formando una nube de humo.

Un universo surgió ante ella, un mundo donde el miedo le había nublado la visión. Allí una infinidad de ratones adolescentes aguardaban su llegada. La recibieron con sonrisas que poco después se convirtieron en sonoras carcajadas. Era el lugar de la locura, de la tontería, de la diversión, donde se comía roquefort, donde se bailaba reggaetón. Simplemente era su mundo.

Quiero terminar esta fábula, formulando una pregunta. ¿Quién de todos nosotros no se ha sentido alguna vez como Ratoncita la primera vez que llegó al instituto? Muchas gracias.

IRENE DÍAZ-REGAÑÓN UREÑA. Acto de Graduación 4ºESO.Junio 2019.

 

Documentación de interés: